
Me encanta los días de frío, donde oscurece pronto y te apetece pasear acurrucada en la bufanda, con las manos pegadas al cuerpo. Es entonces cuando observar se vuelve más interesante, sólo los amantes se atreven a perder sus manos en el frío, la gente cuando habla desprende un calor que se palpa y eso da la sensación de calidez a las personas, las humaniza. Y los que no quieren atreverse a humanizar simplemente andan rápido.
Siempre he pensado que el invierno humanizaba, pero no es hasta que no paro los segundo cuando me doy cuenta de por qué es, es porque la calidez humana se palpa en invierno. Porque ante un anochecer temprano, hay vida en las calles gracias a nosotros.
La Navidad, íntimamente relacionada con el invierno para mi, además pone luces a la actuación del ser humano, dándole color rojo al sentimiento, dándoles amor y sensación de paz con las luces blanquitas en forma de estrellas. ¿Será por eso que uno se reblandece en Navidad?
Cuando reflexiono, hay sentada, pienso si ellos me ven...
P.D. Esto es que sentía las ganas de escribir y como no tenía mi libreta, pues comparto con ustedes un vomito de mis pensamientos.